Los
sacerdotes tenían un modo muy peculiar de organizarse. Incluía tres categorías:
los sacerdotes consagrados a una sola divinidad, como los flamines, el rex
sacrorum y las vestales (éstas eran seis mujeres dedicadas al culto de la
diosa Vesta); los colegios sacerdotales (los pontífices, los augures, los decemviri
sacris faciundis y los septem viri epulones), con el Gran Pontífice a
la cabeza, y los Salios, cofradías que intervenían en ritos puntuales. A menudo
se conoce el culto a una divinidad en Roma porque se ha conservado el nombre
del flamen; por ejemplo, el flamen dialis era el sacerdote
consagrado al culto de Júpiter. Pero esta organización no actuaba conjuntamente
y, por lo tanto, no era como el actual orden clerical. Aun así, durante el
Imperio, el emperador revestiría el cargo de Gran Pontífice y regularía la vida
religiosa de Roma.
Sacerdotes Romanos:
Se entiende por sacerdote al experto en el conocimiento de
la técnica de un determinado culto El sacerdocio es una institución oficial
cuyo fin es mediar entre la divinidad y los humanos y mantener un equilibrio
entre los aspectos sagrados y profanos de la existencia, ejerciendo una
influencia estabilizadora entre las estructuras sociales y las organizaciones
culturales. Podríamos afirmar que esta definición es válida universalmente.
Pero la religión romana también presenta particularidades en la concepción del
sacerdocio. Por lo general, en las diversas religiones, el sacerdocio está
asociado con conocimientos secretos de las prácticas del culto que le permiten
acercarse al mundo sagrado, tendiendo un puente entre aquél y el mundo profano:
el sacerdote está investido de una fuerza peculiar y sobrehumana.
Colegio Pontífice
Se trata de un colegio (collegium)
sacerdotal instituido por Numa, pero que fue cobrando mayor importancia a lo
largo de la historia hasta llegar a ser en época republicana el más importante.
Estaba compuesto en sus orígenes por cinco (tres, según otras fuentes)
miembros, posteriormente se amplió a nueve y en tiempos de Sila a quince.
Posiblemente en tiempos de la monarquía fueran consejeros legales del rey en
materia religiosa: con la desaparición de la monarquía, sus poderes se
acrecentaron. Al frente del colegio estaba el Pontifex Maximus. Su
nombre suele ponerse en relación con el sagrado puente del Tíber (Pons Sublicius), y se
suele señalar que su denominación vendría a significar “constructores de
puentes”, aunque es un asunto oscuro y no completamente aclarado.
Eran los responsables del cumplimiento del ius divinum.
El Pontíficex Maximus
El pontífice Máximo además tenía a su cargo la administración
de los bienes de los dioses, redactaba los Annales Maximi, que eran
guardados en la Regia –edificio sito en la Via Sacra en el que él vivía y
estaba sito junto a la residencia de las Vestales- y los Comentarii . Convocaba y presidía los comicios
para la elección del Rex Sacrorum y de los Flámines y elegía a las
Vestales.
En un principio la elección de los miembros para cubrir las vacantes del collegium se realizaba por cooptatio,
i.e. por votación de los restantes miembros a los candidatos presentados, pero
a partir de la Segunda Guerra Púnica se elegían por los votos de 17 de las 35
tribus.