La religión romana es una religión politeísta, emparentada
con la religión griega antigua. Estudiando la misma historia de la nación
romana, podemos apreciar y entender sus fundamentos: el primer rey, Romulo, se
concentra sobre el arte militar y hace de Roma una verdadera potencia. El
segundo rey, Numa, ofrece a los Romanos una nueva fuerza: la de luchar por una
buena causa, los dioses...
Los romanos creen en un cierto número de potencias divinas:
los dioses. La potencia de los dioses inquieta, por lo que los romanos intentan
vivir en buena armonía con ellos, reconociendo su superioridad, y rindiéndoles
culto a través de los ritos. Podríamos decir que la religión es un acto la
"diplomático" con los dioses: se busca la paz de los dioses. La
finalidad del culto no es ni personal ni del más allá, sino que es colectiva y
terrestre. Por tanto, la religión es el conjunto de las prácticas rituales cívicas
que buscan el bienestar de la ciudad.
El
“Pax Deorum”, fundamento de la religión
“Pax
Deorum” significa la paz de los dioses. Con esta traducción ya podemos intuir
de qué se trata y en que se basa, pero vamos a intentar explicarlo un poco más,
para que a todos nos quede del todo claro.
Incluso
en el momento de la fundación de la ciudad por Romulo, se piensa que los dioses
han dado su acuerdo a esa decisión y han trasmitido buenos presagios sobre la
misma. Este acuerdo no es sólo un apoyo de los dioses, sino que los romanos
veían más allá: Este acuerdo significa que los dioses le son favorables a Roma
y que, por tanto, los romanos están en paz con los dioses. Esto les asegura
protección eterna.
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