miércoles, 27 de febrero de 2013

Arte Romano


El arte romano, al igual que su arquitectura e ingeniería, se extendió, como su imperio, a lo largo y ancho del perímetro del Mar Mediterráneo, siendo uno de los principales exponentes de la avanzada civilización romana.
El arte romano hunde sus raices en diversas influencias, especialmente del mundo etrusco y del griego.
La fuerte organización y personalidad del Imperio Romano exige un arte y una arquitectura que aúne el carácter funcional con el propagandístico. De esta forma nace un arte muy centralizado y unitario que abarca todo el imperio, no sólo Roma sino, en mayor o menor medida, a todas su provincias.

No cabe duda que el arte romano es la manifestación artística más significativa de la historia del mundo occidental, ya que su influencia nunca se ha dejado percibir a lo largo de los muchos siglos desde su desaparición en toda Europa. No ha habido momento histórico (quizás el gótico es el arte y arquitectura más alejada del canon romano) que no haya sufrido en mayor o menor medida su influencia.
Los romanos penetraron en la Península Ibérica en el 218 a.de C. y sobre todo, a partir de la mitad del siglo II a. de C. empezaron a crearse asentamientos estables. No tardó en generarse una pronta e intensa romanización que duró más de cinco siglos y que he dejado en nuestro suelo restos arqueológicos de primer orden.





El Arte Romano tiene su principal manifestación en la arquitectura, tanto religiosa, como civil. pero otras manifestaciones de primer orden son su magnífica escultura y en menor medida la pintura.



El mosaico es otra de las artes más brillantes del mundo romano.
Las villas tardorromanas tuvieron frecuentemente sus suelos cubiertos por hermosos mosaicos con figuras geométricas, escenas de caza, mitológicas, etc.

martes, 19 de febrero de 2013

Marco histórico y geográfico de Roma

La Península itálica se encuentra situada en  el sureste de Europa, justo en el centro del Mediterráneo, hecho que facilitó el control que Roma ejerció en las tres riberas de su cuenca, la europea, la africana y la asiática.


Con una disposición longitudinal, la famosa bota  limita al norte con los Alpes,  al sur con el mar Jónico, al este con el mar Adriático y al oeste con el Tirreno.

Su relieve está dominado por dos cordilleras, al norte los Alpes que constituyen una barrera casi infranqueable que la separa de centroeuropa, y los Apeninos, cordillera de menor altura que recorre todo su territorio de norte a sur, pero con numerosos pasos naturales que facilitan la comunicación entre los dos mares.

El resto de la península está formado por llanuras y suaves colinas 
La costa es en su mayor parte baja y rectilínea por lo que escasean los puertos naturales, excepto en la Campania, al sur del Lacio.


Itaía física
Sus principales cuencas hidrográficas el Po al norte, el Arno en la Toscana y el Tíber en el centro, irrigan las fértiles vegas italianas.

La influencia marítima y la latitud determinan el dominio de un clima Mediterráneo de escasas lluvias, inviernos suaves y veranos calurosos, a excepción de la zona próxima a los Alpes, donde el clima tiende a la continentalidad.
La existencia de amplias llanuras y suaves colinas, junto con el dominio del clima mediterráneo y la falta de puertos naturales, explica que los romanos, a diferencia de los griegos, fueran un pueblo de campesinos y no de marineros. Se cultivaba principalmente cereal, vid y olivo,  en rotación con  hortalizas en las vegas de los ríos, donde también abundaban los frutales. Por el contrario, en las zonas más abruptas dominaba el pastoreo.
Respecto al subsuelo, el norte y el centro de Italia presentan ricos yacimientos de hierro, cobre, plomo y bronce, minerales que fueron la base de la civilización etrusca.

Campamento romano


Los campamentos romanos eran una obra de ingeniería y velocidad, un ejército en marcha construía un campamento completamente fortificado al finalizar la marcha del día y lo destruía a la mañana siguiente antes de seguir su camino.

Campamentos eventuales:


Los campamentos de eventuales que eran construidos al finalizar la marcha diaria y destruidos al marcharse del lugar se construían siguiendo un orden y disciplina muy estricta.

Después de buscar una llanura cerca del agua un Centurión experto en topografía trazaba el rectángulo del campamento, con la ayuda de la Groma, instrumento topográfico utilizado para observar y establecer líneas directas y ángulos rectos.
Una vez marcado el rectángulo parte del ejército se situaba en posición de batalla frente a la zona por donde podría aparecer el posible enemigo, mientras la otra parte cavaba un foso (Fosa) de cuatro metros de ancho por tres de profundidad, utilizando la tierra extraída para realizar el terraplén (Agger) de protección donde eran clavadas estacas, atadas entre sí para formar la empalizada.
Al mismo tiempo que se levantaban las defensas, las diferentes unidades iban entrando en el campamento para ir montando las tiendas, que eran montadas siempre en el mismo lugar.

Dependiendo de la vulnerabilidad de la zona se construían varios tipos de campamentos.
Si se estaba en una zona segura, se construía un campamento con un pequeño foso y terraplén. Si en cambio el campamento se construía cerca del enemigo el foso y el terraplén se agrandaban. En caso de un campamento de asedio prolongado se construían con murallas dobles rellenas de cascotes.

Campamentos permanentes:



Los campamentos permanentes hechos en piedra eran utilizados como campamentos de invierno. En época de paz se convertían en pequeñas ciudades con una extensión de unas veinte hectáreas para albergar una legión.

El diseño de los Campamentos era extremadamente simple, un muro perimetral, rectangular casi cua¬drado, con las esquinas redondeadas para poder defenderse mejor que envolvía el recinto y que contaba con torres de vigilancia y con puertas en el centro de cada uno de los lados. Estas muro perimetral consistía en dos murallas paralelas de sillería rellenando el espacio medio entre estas con piedras, mortero y hormigón romano. Las murallas tenían una altura y tamaño variable dependiendo de la situación militar del campamento.

En el centro del campamento donde se cruzaban las dos calles principales (vía Praetoria y vía Principalis) se levantaba la tienda del general o Praetorium, junto a esta tienda había un pequeño foro y al otro lado el Questorium o sede la intendencia.

La vía Principalis dividía el campamento en dos secciones, una destinada a los mandos y la otra al grueso del ejército. En los campamentos se disponía de salas de ejercicios, almacenes, un hospital (Valetudinarium) y termas.

Muchas de las ciudades romanas surgen de los asentamientos de los campamentos romanos.



martes, 12 de febrero de 2013

El soldado romano


 El soldado romano, labrador latino armado, era, en general, un hombre pequeño, moreno grueso y robusto, que los trabajos del campo hablan endurecido al trabajo. No se admitían además en el ejército sino a hombres cuya robustez fuese probada, y el consejo de revisión que seguía al enganche, era extremadamente severo Los soldados romanos mostraron notable resistencia en las fatigas del servicio.

Por lo que respecta a lo moral, el soldado romano confiaba en sus jefes, perseveraba en el esfuerzo y estaba dispuesto siempre a hacer todos los sacrificios que exigía la grandeza de su patria. Los reveses no le desanimaban, y la energía patriótica del romano fue causa de que sus enemigos lo admirasen. Estaba sujeto además por el vinculo del juramento. Al entrar en la legión, juraba obedecer a su general, seguirle por dondequiera le condujese, y permanecer debajo de la bandera mientras no fuese relevado de su juramento.

El juramento lo prestaban solemnemente, en presencia del cónsul, los oficiales, tribunos y centuriones; después se daba lectura de él, a los soldados, y llamado cada uno por su apellido, respondía o "Yo también".
Roma debió su grandeza a las cualidades excepcionales de sus primeros soldados.


miércoles, 6 de febrero de 2013

El matrimonio romano

El matrimonio era monogámico y entre personas de sexo opuesto. Cuando habla de “consorcio de toda la vida” debe entenderse como un deseo de vida en común, no limitado en el tiempo. Sin embargo, el divorcio por decisión de ambos cónyuges o el repudio, decisión unilateral del marido, y luego también de la mujer, fueron en roma instituciones de muchísima frecuencia.



 Tipos de matrimonio:



Había dos formas matrimoniales, la cum manu por la cual la mujer pasaba a depender de la manus de su esposo, si fuera pater o del pater de su esposo, si este fuera alieni iuris, perdiendo la vocación hereditaria con respecto a su familia de sangre  y adoptando los dioses de la familia de su marido. En su nueva familia, heredaba como hija del pater, o como su nieta, dependiendo respectivamente, si era esposa o nuera del pater. La otra forma era sine manu por la cual la esposa no rompía los lazos hereditarios con su familia de sangre, siendo la forma más común durante el imperio.

Para que se constituyera el matrimonio cum manu, debían darse alguna de estas tres formas de celebración:

La confarreatio, que implicaba la realización de una ceremonia ante el fuego sagrado, con la concurrencia de los esposos, del Pontífice Máximo, de los parientes directos y diez testigos donde se pronunciaban palabras solemnes y se comía un pan en común. Los esposos debían ser patricios. En época de Gayo, esta forma solemne, ya casi había desaparecido reservándose para los miembros de clase senatorial a quienes esta modalidad de celebración les era impuesta obligatoriamente.
La coemptio, era una especie de compra venta simulada, por la cual el esposo “compraba” a su futura esposa, al pater de ésta, entregándole el novio, un trozo de cobre, simbólicamente, que pesaba en una balanza, del mismo modo que se realizaba la compra de las cosas mancipi (las más importantes para los romanos) por la mancipatio, procedimiento del cobre y la balanza.

El usus era la adquisición de la manus por el transcurso del tiempo. Luego de un año de convivencia ininterrumpida, se producía el matrimonio cum manu. Si los esposos no deseaban que éste se produjera, la mujer pernoctaba, con consentimiento del marido, en casa de sus familiares durante tres noches consecutivas, cada año. Este hecho interrumpía la posibilidad de configurar la desvinculación de la mujer de su familia consanguínea.

Requisitos:

Podían casarse las mujeres mayores de 12 años, y los varones mayores de 14 prestando su consentimiento los contrayentes y sus paters. En caso de la mujer bastaba con su pater, pero en el caso del varón debían aceptar la unión, no sólo el pater en ejercicio, sino los futuros paters que ocuparían esa posición en caso de morir el pater actual. Esto era así ya que la mujer ocuparía un lugar dentro de la familia que afectará en el futuro a todo el núcleo familiar, incluso una vez desaparecido el pater actual. Había obligación de expresarse, el silencio, en este caso, equivalía a la aceptación.
Si bien la ley autorizaba a casarse a las mujeres desde los doce años, lo más frecuente era que lo hicieran entre los 16 y los 17. Los varones se casaban alrededor de los 25 años, sobre todo, los que realizaban la carrera de los honores, ya que a esa edad se alcanzaba generalmente el cargo de cuestor.
La boda estaba llena de ritos, como el vestido blanco virginal, y un peinado alto atravesado con una aguja, significando el sometimiento a la autoridad del esposo. Llegaba a la casa del novio, acompañada de un cortejo y era alzada allí por el consorte para que no se enojaran los dioses del umbral, al dejar entrar a una muchacha que aún no había aceptado los dioses de su futuro hogar.

Prohibiciones:




El derecho de contraer matrimonio civil, recibió el nombre de ius connubium, del que gozaban las personas libres y ciudadanas romanas. Los esclavos no podían contraer matrimonio, sus uniones recibían el nombre de contubernio, que si bien era una institución del derecho natural, no era reconocida por el Derecho Civil romano.
Los matrimonios entre extranjeros era regido por el derecho de gentes, o sea, por las leyes del estado al cual pertenecían los contrayentes. En el año 212, el emperador Caracalla, dictó una Constitución por la que otorgó la ciudadanía a todos los habitantes del imperio, desapareciendo la distinción entre ciudadanos y no ciudadanos.

Otra prohibición que desapareció en el año 445 a. C, cuando se dictó la Ley Canuleia, era la del matrimonio entre patricios y plebeyos. Un poco más tarde, pero siempre durante la República desapareció el impedimento matrimonial entre ingenuos  y libertos.