martes, 12 de febrero de 2013

El soldado romano


 El soldado romano, labrador latino armado, era, en general, un hombre pequeño, moreno grueso y robusto, que los trabajos del campo hablan endurecido al trabajo. No se admitían además en el ejército sino a hombres cuya robustez fuese probada, y el consejo de revisión que seguía al enganche, era extremadamente severo Los soldados romanos mostraron notable resistencia en las fatigas del servicio.

Por lo que respecta a lo moral, el soldado romano confiaba en sus jefes, perseveraba en el esfuerzo y estaba dispuesto siempre a hacer todos los sacrificios que exigía la grandeza de su patria. Los reveses no le desanimaban, y la energía patriótica del romano fue causa de que sus enemigos lo admirasen. Estaba sujeto además por el vinculo del juramento. Al entrar en la legión, juraba obedecer a su general, seguirle por dondequiera le condujese, y permanecer debajo de la bandera mientras no fuese relevado de su juramento.

El juramento lo prestaban solemnemente, en presencia del cónsul, los oficiales, tribunos y centuriones; después se daba lectura de él, a los soldados, y llamado cada uno por su apellido, respondía o "Yo también".
Roma debió su grandeza a las cualidades excepcionales de sus primeros soldados.


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